miércoles, 26 de agosto de 2015

Sin título





Supongo que siempre estuvimos al otro lado. Los aviones nunca dejaron de aterrizar y podía, a veces, ver cinco de ellos acercarse, y planear el descenso. Tuve la costumbre de imaginarlos estrellas o algún otro objeto desconocido. Un cigarrillo a las diez con veinte, ver arder el cielo y la tierra firme. Nuevos vecinos enfrente que te creen subversiva y parecen adivinar tu olor a orgasmo reciente, tú ya no puedes con ellos. Supongo que pienso en ese chico que me mira, como mira a todas, pero no como a todas sino más profundo. Pienso en él porque no está aquí, porque es posible que lo esté si mañana a la una de la tarde se lo propongo tan pronto llegue. Él sonríe. De cualquier modo necesitará de mí, mañana, el sábado, ha prometido venir a verme. Es absurdo. Supongo que esta estancia va quedándose fría mientras la desnudo de mí. Hay tazas pequeñas envueltas en periódico y más trastes. Hay dentífrico, jabón para lavar ollas, fotografías de la playa aun cuando no hemos ido. Hay destierros.


Imagina que vienes a decirme “no te vayas”, imagina que te he hecho caso. Que he pedido disculpas, imagina que vuelvo con mi madre. Imagina que he muerto anoche y hay susurros hablándote de luces porque las amé tanto cuando vivía. Porque estábamos aquí, imagínalo, Er, imagina que te digo que sí, que vengas. Haremos mucho el amor. No (él coge, él coge), no lo haremos. Lo siento. Imagina que me dices lo siento como si de verdad así fuese. Pero piensa, en tres meses habrá mucho frío. En tres meses puedo decirte por fin “te quiero”, porque necesito querer a alguien, porque sí. Créeme, voy quedándome sin fuerzas cuando es tarde y nadie ha llegado. Y me echo a soñar en la cama, con fiestas, veranos inconclusos, perros callejeros, globos de colores y mis padres cuando estaban juntos. Siempre estuvimos al otro lado de todo. El vasillo con la flor de plástico quiere decirme “volar”. Será, Er, que los vasos hablan cuando les inunda el vacío. Será verdad Er, que voy a convertirme en la versión dulce de ti mismo cuando sucumbas.