Se que no tiene
demasiado sentido. Lo sé.
Entregarte la caja
negra. Los vestigios.
Pero es tan
estimulante.
Es como decir que
me encontraba encerrada
en un aislamiento recetado.
Aparte del mundo.
Lejos.
Sí es melancolía. O
no
lo es.
Es como entrar a un
lugar que no conocemos.
Sentir el estupor.
Ver sus sonrisas.
The love we had.
Escuchar esa música
familiar.
Un lugar que quizá
sí conocemos.
Con luces amarillas
dentro de la noche.
A través.
Dentro.
Afuera.
Son tus ojos de oriente
mirando al final
del pasillo.
Decirte: Yo me
voy siempre pronto.
Pero te amo
hasta el final.