martes, 8 de junio de 2010

Recado Express tintin*

Esta carta te la hago muy rápido. No es elegante. No es discreta. Es necesaria: no hago más que hablar de ti. Esperando mañana me concedas una cita, no tan tarde, ni tan temprano. A las cuatro, como siempre. Probablemente suceda mi silencio. No voy a mentirte. Pero aun con ello, que sepas, que solamente espero el día despierto para escribirte una nota, un respiro: vivir, hacerlo por ti. Es extraño, ya sabes. Se camina sin rumbo. A la deriva, siempre. Pero cuando llegaste tú era sencillo: amar. Re-escribir el diario verde. Dedicarte todas las letras. Lo demás, parece, es un acto fútil. Ocurre nunca entender, entendernos. No he de negarte ahora que estoy un poco ebria. El viaje es el miércoles y hemos comprado mucho alcohol en familia. Hemos vertido todo el amor en una copa. Planeo eso de casarme contigo, invito a mis mejores amigas. Todas dicen que es fácil amarme. Que en realidad no es que te sacrifiques tanto: soy, la hostia. Y sé bien que lo sabes. Como también el deseo al tocar una cama. Querer llegar a ti. Besarte toda la vida. Empalagarnos. Cansarnos. Aprender de nuevo a besar y hacer el amor. Pues todo debe de ser como te gusta. Amor, esta carta no tiene mucho sentido. Es un recado que alojo debajo de tu cama. Solamente ser una borracha cantando. Y es que te amo. Que hoy me convenzo. Que hoy te espero. Y que todas las puertas, después que entraste tú, las he de cerrar...

Tuya,
Jazmín.

No hay comentarios: