No sé
porque llorar durante el programa de “La banda”. No sé si las tardes,
el movimiento, los sonidos, mi soledad. No sé si ella, que me quiso tanto. Sostener
una nota en la garganta antes de dejarte ir. Todos los niños eran hermosos, el
estado era Morelos. Pensar en los viajes a los nueve años. Estas palabras eran
música. Yo te quise mucho y éramos
tan buenos músicos. Tan guapos, tan sensibles. El sonido de la vida que no
vivimos. El color de los vestidos era más brillante. Que sea 1° de noviembre. Huele
a pan de muertos que no hemos comido. A lo mejor mañana. La tierra continuara
girando. Decirles a ellos “no siento un carajo”, será normal. Recordar que
nunca le conté de mi llanto en el museo de Antropología e historia. Qué el
dialecto era zapoteco, y no pude dejar de llorar al escuchar el canto de esos
niños. Nunca olvido esa melodía que mi padre me enseñó, la de El negro santo. Yo me la sabía muy bien
en 2° grado. Pero sabía tantas cosas en 2° grado que ahora ignoro. Cada día me
he hecho más estúpida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario