lunes, 8 de junio de 2015

Opus 78945154198


http://przypadek.deviantart.com/art/mi-81639946

Un día tuvimos fascinación por las muecas del aire. Por las grietas del suelo sugiriendo que hay otro mundo debajo. Por la ciudad derrumbándose entre la lluvia. Y luces que se mueven en un frívolo vértigo de gigantes sin nombre.

Un día tuvimos una esperanza diminuta de existir dentro de otro, habitarlo, desgarrar, quisimos hacerlo todo nuevo. Ya sabíamos antes de quererlo, que tal cosa era imposible, sin embargo pretendimos entender; también existen gestos iracundos en las bondades, una superficie para respirar después de sumergirte. Un sol para nublarte la vista.

Un día me paré en la puerta y dejé ir no sé qué palabras. Tuve que regresar a la mesa, sentarme, ponerme a llorar. Hacer como que empacaba maletas y alguien venía a preguntarme ¿a dónde te vas? Quédate.  Hacer drama para unas paredes blancas. Muchos cuadros en llorando mi partida, unas manos que salían del suelo que me detenían, aunque no. Aunque no era cierto. Un rostro se despide en un giño y un silencio se vuelve murmullo en las heridas.

Un día tuve fascinación por las bocas, y era necesario besarlas todas. Vimos el cielo abierto con los ojos cerrados, y un mar inmenso que escurría por los tobillos, tocando el azulejo helado, fue necesario inventarnos cuatro balsas para ser llevados a los extremos. 

Tal vez reclamarían los restos.

Un día extrañé tanto a mi madre que lloraba por partes de mi cuerpo que aún nadie había inventado. Tú sabes que siempre sucede. Un día alguien recorre tu cuerpo para hacerlo a su antojo, te despiertas en cualquier tarde o mañana con jardines o bosques en él, ríos, palmeras, niños y todo.


Un día la llamé desde mis entrañas, ignoro cómo lo supo. Al otro día tenía un mensaje de ella diciéndome “jamás te olvido” e imagino que eso más que misticismo, se llama intuición femenina. 

[...]

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