sábado, 2 de abril de 2011

Tu enfermedad



[… ] y te amé por permitirme vivir contigo el milagro de un poniente o de una aurora en la que los árboles se despeinaban de algas, y los petroleros adquirían la dimensión de las catedrales, con santos, y cirios, y altares en la bodega, y las notas del canto gregoriano que salían con el humo por las chimeneas enormes. Amé tus hombros estrechos, tu nariz, que goteaba de gripe, la voz que se irritaba y me reprendía, las piernas delgadas bajo la gabardina, amé la fragilidad de tu cuerpo y tu modo de andar, doblada por la brisa de febrero, y amé
disculpa
tu enfermedad que me permite acompañarte […]


António Lobo Antunes


[Gracias por permitir 
 lo de la foto...]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

you...are my one and only thirll.

De rien.

Ofelia Waltz dijo...

Grrrrrrrrrrrr