Todos los niños con sus zapatos bien lustrados.
Todos los ojos.
Todas las mochilas y todos los cuadernos.
Todas las horas.
Todo el dinero.
Todos los motivos por los que tenemos hambre.
Todas las caderas que empiezan a ensancharse.
Todos los hombres, y todas las mujeres.
Todas las veces que sin duda, te amé.
Todas las ausencias.
Todas las fracturas.
Todos los momentos que no pasamos por ese puente…
Toda tú.
Todos los autobuses.
Todos los adioses.
Todas las ventanas empañadas de vapor.
Todos los labios mordidos.
Toda la sangre tuya y todos los huesos míos.
Todas las cartas a medias.
Todas las canciones en idiomas diferentes.
Todos los violines que abren sus vientres por la noche.
Todo yo.
Todas las lágrimas.
Todos los bolígrafos.
Todas las hojas, de todos los árboles.
Todos los patios llenos de verde pasto.
Todas las llamadas.
Todas las muertes.
Todos los avisos clasificados.
Todas las abuelas.
Todos los funerales.
Todos los ataúdes.
Todos mis padres.
Todos los tíos.
Todo el aliento.
Todas las sobras. ................................
Y llorar todos los días…
4 comentarios:
Se parece tanto a nuestra conversación... A llorar, a llorar...
Me encanta venir, leerte y compartir contigo aunke solo sea entre letras...
Besos llenos de lágrimas Jaz.
Casi todo me gusta de tu inventario.... menos llorar todos los días.... soreir todos los días falto? saludos para ti
¿está todo completo? ¿no falta nada? ¿nadie se ha levado nada? ¿nada a sufrido merma o evaporación? ¿es confiable el conteo?
Bueno, me mantenes informado de cualquier suceso.
Besos, Waltz.
Eso es lo que me gusta de tí, Amelie, que no excluyes a nada ni a nadie. Tu poesía es el viaje al único destino; tu esencia eterna, absoluta e inviolable. Abrazos!
ERA
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