Carajo. Creí que había metido los cigarros en este bolso. Y no. Queda caminar el resto de la cuadra. Virar a la derecha. Saludar a tu padre con un “amor y paz” Después de subir por tabaco, sentarse en las escaleras. Mirar de lejos a tu vecino. De nuevo de rojo. Eso te saca una risilla sarcástica. Luego, sentir el día domingo en las rodillas, se hace evidente. ¿Me entiendes? El domingo es así. Entras a tu casa. Vas directo a la cocina. Preparas una taza de leche con chocolate. Pones a Debussy en el aparato musical. Llámale por su apellido, como se les habla a las gentes en las universidades. Por supuesto que te llora la boca a falta de ojos. Dejas caer tu cuerpo sobre la repisa. Parece estar hinchado. Sientes que Debussy tiene todas las respuestas ante esta situación. Entonces es tu imagen hacia arriba, a las habitaciones, con una taza en la mano muy de “te amo mamá”. Prendes las luces. Digo: prendo las luces. Aquí todavía es navidad. Dentro de esta pieza es navidad, siempre. Sigues con Debussy. Cepillas tu cabello treinta y cinco veces. Me limpio los ojos y la boca. Bebo de esa taza. Y lo más importante: saber qué lo único realmente bueno de este lapso cigarros-calle-papá-casa-cocina-cuerpo hinchado- lo mejor, es esta leche sabor chocolate que preparaste en la cocina y saboreas mordiéndote el labio inferior mientras escuchas a Debussy…
5 comentarios:
Amelie, pues decirte que seria interesante que respondieras tus comentarios, te apoyo con eso, bueno hablando del tema realmente aunque ahora no presentes versos, tu prosa es preciosa me encanta lo que sigues haciendo tus temas son interesantes y me da gusto estar por aca, besos.
Me desgarra esa canción...y esa escena.
Y me encantan estas imágenes cotidianas. Estos ires y venires que sólo vos sabés dibujar con tanta certeza.
Besos =)
regio, lindo como siempre... abrazos
Debussy tiene muchas respuestas, muchas, pero no todas... recuerdo cuando a mí me llamaban por mi apellido. ¡Alvarado aquí! ¡Alvarado Allá! jajaja me has sacado un recuerdo del baúl. ¿cuerpo hinchado? ¿el vecino de nuevo?... ¿yo aquí siempre?... ves, ahora estoy oyendo a Debussy ¡cómo eres!
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