miércoles, 20 de enero de 2010

Poema ciego




















Soy del color ciego que nombras antes de irte.
Un minuto es entendido. Es nervioso.
Es colérico. Es necesario. Y luego, es insensible.
Ya ha pasado. Habitan unos labios rotos
y agujetas sueltas sobre el piso.
El café. Periódicos venezolanos.
Mi diario verde y su árbol. Los acentos.
Y soy como tú en este momento.
Porque con la sombra inclinada,
desde la punta de tu seno,
nombrabas todas las cosas,
decías todas las palabras.
Y así, en el mareo, pronunciabas “amor”
entre un rumor de bocas hablantes en 1926


LEJOS
Soy el color ciego nombrado por ti
al mismo tiempo;
en el mismo instante donde
con tu dedo índice, escoges un hotel.
Y te mueves con la fatalidad simétrica
a cuando se cierra un libro de hojas
muy viejas y amarillas.

NOTA
Por favor, no escribas en 1927.
Estaremos viviendo todos en blanco y negro.

No hay comentarios: