lunes, 27 de febrero de 2012

Preludio a la visita de una abuela.

La relación entre mi abuela y Joe Hisaishi es nula. Ella no lo conoce. Pero existe en mis sueños de ficción. El vivir dormida. Y sin saberlo, sin presentirlo, cada que estoy en su casa lo escuchamos una y otra vez. Y ella allí, sin entender mi sonrisa. Y mis bailes, nunca los bailes han sido completos. Es, realmente, la unión entre los objetos de la casa, y los colores. Es como hacer el sueño y los devaneos previenen la no gravedad en nuestros actos. Y me río como nunca. Me muerdo la boca a veces. Mi padre solamente me ve así cuando son vacaciones largas, y comemos tres veces al día como mucha gente normal. Nos habita un poco de felicidad y dulzura. Eso es Isabel. También Hisaishi. Me tomo estos minutos para hablar de ambos y juego con mis perros. Alguien dirá que esta mujer solía escribir mientras hacía esas cosas, y luego, así como si nada, se echaba a llorar.




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