sábado, 19 de abril de 2008

Antes de irme


Sabes que vas a enfermar gravemente algún día. Te lo dice el baño, la piel, los moretones. La regadera inconclusa. Sabes que uno de estos años vas a parar internada en donde sea que quepan tus huesos mal acomodados. Tus neuronas vacías, la mente inadecuada. Tú y tu gran desesperación ingrata hacía tu cuerpo. Tienes por el momento pensado comprar más ropa, verde – roja. Morir por un suéter no es necesario aunque te lo haya dado la abuela, el llanto Jazmín, el llanto…la cara salada, no es necesario. Nada es realmente necesario si te mueres.
Se tiene la poesía cansada, muy cansada, tú estás cansada de ti misma, de descubrir que no existe el silencio absoluto ni el retrato perfecto. Uno donde te besen con mucha ansia el flequillo, besarlo tú a tu manera. Una foto con las piernas entrelazadas, unas largas, unas cortas. Todo a contraluz desde esa ventana de la que hablaste cierta mañana. Y surgen estas cuestiones de “cómo es que soportas el dolor día tras día”. No se sabe, no sabes, pero estás segura que es una manera miserable de vivir la vida.
Especulas –mientras- dentro de tu cabeza: amor, amor, cuánto te amo, dónde estás cuando más te amo. Tengo la desesperación incrustada al pulmón izquierdo. Dónde estás cuando más te amo. Eso es todo, fugazmente todo. Tienes –tenemos- las ganas aferradas a gritar necesidades.
Conoces el futuro incierto, que eres nadie, que no serás nunca alguien. Atisbas a lo lejos después del cigarro que hay cosas perfectas como las nubes envidiosas del cielo estrellado. Ella te dice: veo un gallo, dos caras, ¿tú cuantas ves? Pero tú la tienes a ella, demasiado profundo a ella y a sus calles. No te concentras. “Es tarde, es muy tarde, pero fue lindo comer arroz con leche escuchando a Piazzola”. Luego te vas y detestas más los relojes, recuerdas dulcemente a Julio Cortázar.
Sabes que vas a enfermar severamente algún día. Para entonces esperas gravemente, solamente, que te regresen los juguetes de cuando eras niño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, cada día es más doloroso. Estas profundamente perdida, ¿será esa palabra? Vengo a casa y leo, te leo desgarradora y demasiado nostalgica. Tanto me he perdido, acaso.

Anónimo dijo...

Querida Waltz, yo también te recorro, ¿no ves que te recorro?

Te recuerda,

M

ela dijo...

Que desgarrador que escribes mujer, es tan bueno leer a gente que escriba tan de adentro sin importar nada.


Salud