miércoles, 22 de junio de 2011

Azul n° 1 y otras conversaciones con Waltz



“Parece que va llover” era una de mis frases favoritas.

-          Sí, me decías ‘puedo olerlo, ¿no lo hueles?’, me parecía muy tierno que lo dijeras así, tan espontáneo
-          Es que me querías entonces, mucha lo gente lo dice, todos creen de veras entender el génesis de la lluvia
-          ¿Qué? Pues no, me gustaba como lo decías tú, porque lo decías tú, por eso
-          Qué antes me querías mujer, por eso te gustaba
-          Pero yo te quiero todavía, y más que eso
-          Hoy estoy azul, ¿verdad que azul?
-          Sí, azul. Puedo notarlo, la carita se te escurre como el agua
-          Sí, bueno, hay cosas que nunca pueden contenerse con las manos
-          Deberías escribir ahora, justo ahora, justo, tan justo que yo voy a escribir por ti, voy a prestarte mis manos
-          Seguro voy a escribir más tarde, creí que era un pacto
-          Un pacto, ¿con la lluvia?
-          No, no, contigo, claro
-          Conmigo no hiciste ningún pacto, aunque a veces lo parezca
-          Ummm
-          Me gusta cuando haces ‘uhumm’ y suspiras, e inclinas la cabeza, como si de pronto te quedaras sin aire, creo ese era mi gesto favorito, y el de los ojos en no sé donde
-          Tu cuerpo
-          No, no ese no, ese siempre lo odié
-          ¿Oh si? Lo presentía pero no estaba segura
-          En no sé dónde, que no es mi cuerpo; no me gustaba que te gustara mi cuerpo
-          Bueno …
-          Sí, no me digas más. En no sé dónde me refiero a los puntos en el aire a los que siempre te aferras
-          Como el equilibrio
-          La mirada y el equilibrio, sí, algo como eso
-          Parecido a eso
-          Sí, ese  y el de “te odio tanto como te amo”, ese también me gustaba
-          Ese ya no me lo sé
-          Y me alegra, jamás vuelvas a mirarme así, por favor, Waltz…nunca más así
-          Voy a escribir ahora
-          Bien, me quedo a verte
-          No, cuando te vayas
-          Y las manos ¿cómo te doy mis manos?
-          Déjalas allí, sobre el escritorio
-          Chistosa
-          Déjalas allí, te digo
-          Aquí, aquí mis manos, en tu espalda, ¿recuerdas?
-          No, no lo hago
-          Mírame, mírame de veras
-          Te estoy mirando
-          Bien, sigues siendo ciega, tantas películas te dejaron ciega
-          Cierra la puerta cuando te vayas
-          Cuando cierre la puerta no voy a volver
-          Pero deja, deja tus manos sobre el escritorio
-          Llueve
-          Pues les pones una manta, pero las dejas igual.

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