martes, 14 de junio de 2011

Requerida y noche




Desearía la noche
como el movimiento constante
                             de los muslos
                     atravesando el mar.


Sus pies pequeños, arrugando las sabanas
                a la espera de mis dientes,
el sonido de mi piel estrellándose
con suavidades extremas,

y su voz amortajándome el nombre
con el que me busca,

y que fuese requerida como la espuma
                        en los bailes de salón.

                        
                             :::


Amaría la noche como
   al viento matutino
y las manos triturando viejos olores,
                         esos
en los pueblos que no nos solicitan.

Que la capilla se vaciara,
y por fin cupiésemos nosotras sin velo alguno,

y la oscuridad en los ojos se disolviese
en las pupilas como juegos pirotécnicos.

Pero sólo alcanzo a parafrasear
               idiomas anglosajones
mientras mi lengua desenlaza tormentos,

pregunto por alguien,

la vida se oscurece
                    cuando me estira los brazos
me besa con los dedos en la boca

y se eclipsa la luz.

No hay comentarios: