viernes, 12 de agosto de 2011

- fur rial-


A alguien le contabas que yo era irreal. No sé muy bien a quién pero lo hacías. Por eso te dejé una nota muy simple debajo de ese cenicero: estoy triste. Así, “estoy triste”, “e s t o y”, pero no estoy, la verdad no estoy. Y si estoy, es triste. Mis ojos se cansan de ver hacia todos lados y nada. Escucho muchos waltz a esta hora. Algo le falta a mi habitación, la veo tan vacía. Los cuadros de Vincent y Matisse parecen caerse de las paredes, así sin entenderlo. Y tengo hambre. Soledad y hambre, y frío. Pero no quiero decir tu nombre, ni en la nota he firmado con el mío. Hay mucho silencio embadurnado a mi piel. Creo que voy a dormirme. Necesito a mi séquito de amigos, o aquél que dices que existen sólo para velar nuestro sueño. Necesito que llegues, hace tanto tiempo que no pronunciaba esas palabras en ningún idioma familiar. Necesito que vengas. Estoy quedándome sin fuerzas. Completamente irreal. Esto no soy yo. Es que no soy nada. Y lo soy todo. Voy a contar hasta díez, hasta que me lo creas…un, deux, trois… y todo esto sucede aunque no me lo creas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por momentos ví tu nota. fué para mi un símbolo fuerte! Me gusto tu post. Un abrazo.