Hoy voy a inventarte,
a que estás aquí,
dentro mío,
hurgando las cajitas
separando la ropa de día,
la ropa de noche
usando mis lentes,
estudiando mi lunar.
Los cigarros sin filtro en tu boca
me dictan que,
como que te vas a quedar
al menos otra noche de esas mías,
que has de cuenta no existen
pero suceden,
ahí de ves en cuando,
ya sabes,
que todo me gusta imaginar.
Así que de esa forma
te hago un rostro nuevo,
una pálida espalda huesuda,
dos ojos en un paquete especial,
mucho cabello rizado,
nariz perfecta
boca para desgajar por las mañanas.
Voy a inventarte de tal modo
a que tú me buscas,
como te pude buscar
fervientemente a vos,
de ahí,
cuando estaba yo
muy ebria
y cantaba esos temas sollozantes
o me tocaba las piernas
con un sudor enfebrecido de ti,
y de las horas,
aquel deseo extraño de sabores,
olores y texturas
muy de mi pelvis o pensando tú,
febrilmente en los pezones chocolate heredados
que me ha dado mi madre, y desde que nací.
Voy a inventarte
hasta que te seas otra persona
mas sencilla,
menos oscura
más dócil
a ver si nos funciona así,
de esa manera,
a que tú me comprendes,
me das de comer
y de cenar,
llegas temprano.
Voy a pensarte tanto los trazos,
que ya no serás tú,
y tendremos todos los días
para introducirnos,
para hundirnos en nosotros
interminables,
inconfundibles,
irremediables,
como hace el silencio
que traspasa,
como hacen los abismos, y su oscuridad
quien jamás para de caer.
1 comentario:
Oye, este me ha hecho recordar muchas cosas, Waltz.
Creo que en alguno trazos de esos sentimiento hemo usado lo mismo zapatos (converse?).
Siempre es un placer (y un riesgo) leerte. Siempre leerte. Siempre.
Saludos desde la nada.
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