jueves, 18 de septiembre de 2008

Nataly



Vas a faltarme este invierno. Quién diría, que después de cuatro años, vendría, yo, muy yo, a escribirte cosas que jamás vas a leer. He visto televisión toda la tarde, y he escrito. A veces, también recuerdo cuando nosotras mirábamos televisión y por horas, en tu viejo televisor 27’ pulgadas. Ahora tu madre tiene un cuadro con un bote y una pantalla flat. Tú sabes, ella siempre quiere todo nuevo. Al contrario de mi hogar. Que es todo tan viejo y único, siempre, siempre igual como las cosas simples. Tú ya no podrías vivir aquí, de sobra lo sé. Transitas por las calles de Los Ángeles, tienes una hija que se parece mucho a ti. Y ya nunca nada se parecería a nosotras. No me habita ese amor que me conoces. Ni me pinto mucho la boca, o me gustan chicos pelirrojos mientras viajo en autobús. Ahora ya no hay tantas cosas. Tengo un perro nuevo que es protagonista de un drama shakesperiano. Y caminamos muy solos, atravesamos las calles que fueron tan nuestras cuando los dieciséis. Cuando las bufandas, las tardes en tu casa y su luz amarilla. Ese aroma tan tuyo, la sonrisa perfecta, las piernas largas. Vas a faltarme en noviembre, en diciembre y en enero. Ahora lo sé. Me vienes tan pronta a la memoria; fresca, como si al salir…tocara tu puerta aquí a lado, me vieras, me besaras, me dejaras untarte bálsamo en tu rodilla arrugada y café. Me vienes como el invierno del dos mil dos. De golpe y herida. De sangre. Y amores primeros. Vas a faltarme por que ya no seré yo muy pronto. Ni tendremos el televisor y los canales, incluso la misma casa. Ahora comienza el frío, yo haré mis maletas y todo, todo será destierro.

4 comentarios:

Prosa, lluvia y Cafe dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Prosa, lluvia y Cafe dijo...

- escuchaba "lloran mis muñecas" hoy como te lo e dicho me haces mal, con tus escritos y aquella Natalia....

DEARmente dijo...

Ahora comienza el frio...

no te destierres, quedate aqui.

Anónimo dijo...

Soy Nataly. Transito calles, no transito, deambulo, no deambulo, camino, no camino, recorro, no recorro, sólo voy. Con mi hija, ésta pequeña, que es genéticamente mía y de su ¿papá? Su mitad genética que es mía hace que se parezca a mi, lo notaste.
¿Ya no te pintas mucho la boca? Eso es bueno, a veces el color de tus labios nos delataba.
De tu perro, no es nuevo, no hay perros "nuevos", sólo hay perros, tuyo o míos o de otros. Es como los niños, como mi hija, no hay niños nuevos, ni aún recién nacidos son "nuevos", hay niños, hijos de alguien. Lo entenderás cuando tengas hijos, o una hija, que cuando la encuentre jugando en algún parque reconoceré tu mitad genética.
Volviendo al perro: dices "protagonista de un drama shakesperiano", eso es interesante, aunque sabes que siempre he pensado que la gente que escribe sobre lo shakesperiano ya agotó el recurso. Lo sabes, porque de eso ya habíamos hablado, hasta discutido.
De mi aroma, ya no es mío, ¿lo entiendes, no? el aroma de un amante tiene que ver con el lecho.
Mi sonrisa no es perfecta, en realidad nunca lo fue, sólo era perfecta o pensabas que era perfecta porque te sonreía a ti.
Con las piernas largas tengo conflicto, con mi rodilla arrugada, también, será por café.
En el invierno de dosmildos estaba contigo, pero ahora pienso que los que escriben utilizan mecánicamente las temporadas para delimitar una temporalidad que a veces escapa a las mismas temporadas. Ya sabes, en invierno uno estará triste, en otoño dirá adiós a alguien, en primavera las flores, los colibrís y el amor, en verano el sexo, la pasión.
Lo único que queda, real porque lo miro, es la tele.
Que tú ya no serás tú, eso lo dudaría, pero pienso, que aún desterrada, serás tú.
Es más, aún sin mi.

Lindo tu blog, de veras lindo. Ah, y otra cosa, tú nombre, me encanta. Te da un no sé qué. Me es ajeno, pero suena fuerte. Ofelia Waltz, me estremezco. Recuerdo nuestros 16.