domingo, 17 de agosto de 2008

I


Gusto de imaginarla cuando le digo; “tengo hambre”. 
Su rostro generoso, sonríe. Acaricia mis cejas, respondiendo: 
………………....qué quieres comer. 
Me mira, cómo si yo fuese el orden en que se desencadenan las cosas.
Todo está lleno, nada fue en vano. Todo está lleno de carne y un “no sé yo”. 
Pero, ella es paciente cuando se muerde los labios entonces;
yo muerdo sus labios…
..........……….luego, tendría que olvidar
……………....el origen del hambre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto ha sido un tatuaje..

Un hermoso y doloroso tatuaje


R

Pescador dijo...

Tu escrito me ha dado hambre Srta. Waltz, hambre de comer letras, labios, aire...Exquisito tu poema, simple y extremo.
Un abrazo con saciedad.

DEARmente dijo...

Que hambre!!!! Somos seres carnivoros definitivamente, Srita. Waltz.

Ellen Tamara Durán Wong. dijo...

Me dio apetito...
Y es que yo cambio la comida por labios, piel... Claro... Claro.

Ernesto Pérez Vallejo dijo...

Yo creo que pensamos del mismo hambre, ese que no se quita ni después del después.

He estado leyendo tu prosa tambien, no tienes casi fisuras.

Eres de esas personas a la que le deberian meter los escritos en un libro o en varios, si ya lo tienes avisa.

Abrazos.