"I know this love of mine
will never die,
and I love her."
The Beatles
Realmente lo siento. Lamento que me llames así, inconciente de ti. De lo que has dicho, de ese irremediable y mudo “vuelve conmigo, Jazmín, vuelve conmigo”. Hasta se podría decir, cuánto lamento decirte No. Que no puedo. Yo no puedo, justo ahora. Antes tal vez, cuando era mucho “antes”, la vida mía giraba en ese amor sencillo y dulce. Uno que tú puedes ofrecerme sin más, sin preguntas, sin desdén. Sin este dolor obvio que siempre se trasluce por mis letras, las dolorosas letras de Ophelia Waltz. Por que, esto que ves ahora es lo que podría ofrecer. Lo más intenso que alguien puede dar al amar. Mi dolor y yo. A lo mejor no entiendes, y te burlas. El amor supone mucho ser feliz y no dudar, y no sufrir y ser del otro. Aquí no es así, y es muy así. Le pertenezco sin tregua a alguien que no puede ser mía, pero de momento no puedo ser de alguien más. A mi, me gustaría tanto que llegues y yo me llene toda de ti. Sin decir mucho. Quizá sonreírte por que, tú si vendrías sin vacilar ni a la distancia, o al dinero. O al que dirá la madre, el hermano. Eres tan libre como lo son las personas que no se preguntan mucho. Y yo soy libre también, a mi manera. Tengo la opción de ser esto, de decirte que sí o decirte que no. De pensar en cómo sería ahora, amarte. No sería demasiado, no podría. Y nadie merece eso, entiende. Nadie merece a alguien capaz de dudar que el otro le ame tanto y lo destruya. Despacio, como ser adicto a una martirización muy rara. Y mira que yo misma me observo y me detengo para ver cuan triste es que sea verdad. Yo soy así. Todo lo que puedes ver de aquí a las orillas donde aún se percibe mi nombre. Las ropas harapientas y deshechas por el deshielo de mí. De mí al escribirte de esta forma en la que nunca lo he hecho. Por fin, dirás, “por fin”. Esta mujer que antes decía me amaba, por fin me escribe. Y te escribo por que lamento decirte No. Yo no puedo, justo ahora. Este verano sublime y determinante, debo caminar entre viajes, finales y lagrimas. Seríamos otra cosa más bella, si dejaras esa imagen de lo que antes era, de cómo te ame yo. Si bien es cierto que soy una mujer intensa, si se está dispuesta a morder la boca de alguien por más de tres horas, de llamar cuatro veces al día después de sentir como arde…no podría darte eso hoy. Para qué entonces. Si todo lo que vale es lo que no se puede contener. Y ella lo sabe. Pero no conoce de ti. Deberías hablar con ella un día, y preguntarle cómo es esto de llevarme a cuestas y sin ver. Cargando conmigo tal una penitencia muy grande, con aroma de mujer enrarecida de ser mujer. Incluso humana. Rechazar lo que está escrito en pedazos de papel arcaico y que se puede hacer, todo. Ser de todos. Tú no podrías, perdóname. Y yo no podría hacerte esto. De ser mío, llevar mi sello como una enfermedad en la sangre. O un tatuaje corriente sobre la cadera. Sin embargo, acepto que harías cualquier cosa por hacerme muy feliz. Tendría tu voz, diario, seguro. La pasión. Un te amo ajustado a la medida de mis exigencias. Lo sé bien, lo sé bien. Pero la situación está así: yo no puedo, justo ahora. Y si todavía insistes en ese “vuelve conmigo, Jazmín, vuelve conmigo”…lo lamentaré tanto, pero tanto…yo tendría que decirte de nuevo que NO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario